lunes, 26 de noviembre de 2007

Los años 80´

Las telenovelas de estos años, se caracterizan por la creación de estereotipos y historias de ficción más que de problemas que transcurren en la vida real, como lo constituyen las telenovelas de hoy en día.
La telenovelas más importante de los años 80`, fueron “La Madrastra” y “Los Tìteres”, consideradas las más representativas de la época por nuestro entrevistado Claudio Gavirzo, tanto por la estructura de la historia, es decir su trama, la composición del guión, los personajes, etc.
Existe una ambigüedad con respecto a la elección de la telenovela más importante de esta época. Por un lado, tenemos a “La Madrastra”, que fue la teleserie que alcanzó una audiencia considerable. Además las primeras escaramuzas de la guerra de las teleseries comenzaron con esta telenovela., y corresponde a la primera telenovela en color que se grabó en Chile.
La Madrastra fue una telenovela chilena emitida por Canal 13 entre abril y septiembre de 1981. Escrita por Arturo Moya Grau y dirigida por Óscar Rodríguez.
Alcanzó índices de sintonía jamás vistos en la historia de la televisión chilena de esa época. El “ce´finit” de la telenovela, emitido el 18 de septiembre de 1981 produce psicosis nacional por saber quién era el asesino de Patricia y las calles de las principales ciudades quedan colapsadas. Ese día, la telenovela marcó un hito histórico de 80 puntos de sintonía, según el sistema de medición de esa época.
A raíz del éxito de esta telenovela, se hicieron diversos remakes basados en la trama original, la cual fue vendida por Arturo Moya Grau a la cadena mexicana Televisa.
La historia consistía en el regreso a la casa de una mujer que pasó durante veinte años en la cárcel, acusada de un asesinato que no había cometido. Ella, Marcia (Jael Unger), para sus hijos y esposo, Esteban (Walter Kliche), pero retorna para conquistar el amor de quiénes había perdido y para desenmascarar el verdadero culpable. Sin embargo para todos, y así lo probaron diferentes encuestas y el despliegue informativo que se desarrolló en torno al tema, la situación que concentró la preocupación del público no fue como esa mujer recuperaba esa felicidad ida, sino que el ficticio puzzle policial que se tejió alrededor de ocho personas: Esteban, Luisa (Marés González), Dora (Nelly Meruane), Felisa (Silvia Santelices), Estrella (Gloria Munchmeyer), Donato (Jaime Vadell), Boris (Mario Lorca) y Serafín (Eduardo Naveda).
Fue tal la conmoción de los televidentes que se originó con el final de la teleserie, que el autor, como acto de honestidad profesional, decidió depositar el nombre del culpable dentro de un sobre sellado en una notaría para evitar que digan que había cambiado al asesino a última hora.

A partir de este momento, de la transmisión de la teleserie de Grau en 1981, comenzaron a producirse telenovelas en forma sistemática, pero la historia de las producciones dramáticas nacionales comienza en 1968. Ese año la desaparecida productora Protab, pionera en el género, realizó “El Socio”, una adaptación de la novela de Jenaro Prieto dirigida por Helvio Soto que transmitió Canal 13. Todo esto gracias al videotape que llegó a Chile en el año 1967.

Al estabilizarse la producción de telenovelas en los años ochenteros, los canales convocaron a escritores cuya oposición al régimen era conocida. Esto tiene su analogía con el espacio que la televisión brasileña concedió a dramaturgos como Dias Gomes, que no tenían acceso al escenario teatral por su militancia de izquierda. En ese momento se impusieron en la televisión chilena criterios que no han perdido vigencia a pesar de la transición a la democracia iniciada en 1990. Se considera que la ficción del medio debe ser irrelevante, entretenida pero convencional, maleable, atenta a la respuesta de la audiencia. Por eso da igual cómo se escriba, porque esa actividad se encuentra subordinada a las decisiones de marketing del canal.



Por otro lado, continuando con la ambigüedad de la teleserie más representativa de este periodo ochenteno es esta otra telenovela, tan importante como la de Grau, titulada “Los Títeres”. Es una teleserie chilena producida y exhibida por Canal 13 durante 1984. Escrita por Sergio Vodanovic y dirigida por Óscar Rodríguez.
Existen registros que es reconocida por expertos y fanáticos del género como la mejor teleserie chilena de todos los tiempos gracias a su compleja estructura argumental que incluía saltos temporales y ambigüedades entre el rol de la heroína-víctima y la villana, junto con una particular profundidad en la psicología de los personajes, herencia del prodigioso talento del autor, reconocido dramaturgo teatral, que incursionaba por primera vez en el guión de teleseries, tras un silencioso debut como autor de miniseries. Los Títeres es una influencia latente para autores de teleseries en la actualidad, particularmente para Pablo Illanes, quien se inspiró en esta obra para crear Fuera de Contro( emitida en el año 1999) y ha manifestado su interés por llevarla al cine junto al director Sebastián Campos.
La principal diferencia entre estos dos grandes guionistas de los 80`, era que Sergio Vodanovic, abordaba con una buena profundidad sus historias, en un medio del que intelectuales como él rehusaban hacer. Sus creaciones fueron reconocidas como un aporte enriquecedor que demostraba que era posible crear telenovelas de calidad incuestionable y éxito comercial. Vodanovic, tenía su estilo intelectual, dotaba a sus personajes de una complejidad psicológica inusual, en el marco de historias no exentas de una dura crítica social e inteligentemente disimuladas referencias al contexto sociopolítico chileno de la década de 1980. Por otro lado, Grau considerado en muchos países latinoamericanos como “el padre de las teleseries”, presentaba melodramas clásicos y populares parecidos al estilo mexicano de las teleseries. Grau tiene un estilo muy tradicional, clásico.

En síntesis, para quien disfrute de la “cebollita picá”, son recomendables las clásicas y entretenidas obras de Grau. Si por otro lado, para quien disfrute de una telenovela con mayor grado de complejidad argumental, le recomendamos ver las telenovelas del guionista Sergio Vodanovic. Al caso da igual, ya que estos dos excelentes guionistas son un producto chileno, “¡Viva Chile mierda!"

viernes, 23 de noviembre de 2007

Década de los 90: Las primeras revoluciones

A lo largo de la televisión chilena nos podemos encontrar con grandes fracasos y aciertos televisivos. En el caso del genero de las teleseries, esto cobra mayor importancia debido a lo populares que son, ya que de algún modo presentan la propia realidad de los telespectadores.

Esto es mucho más evidente en la población de clase baja, ya que la gente de este estrato social se identifica mucho con los personajes, se involucran mas con las historias y creen que lo que ocurre detrás de pantalla es la realidad. En cambio la gente de clase alta toman mucha distancia emocional de los hechos transmitidos a través de la pantalla chica.

A continuación se analizaran dos teleseries que marcaron a los chilenos durante la década de los 90. Teleseries que según el guionista Claudio Garvizo fueron las más importantes debido a la originalidad de los personajes y las historias presentadas.


La primera de ellas es la telenovela protagonizada por Claudia Di Girólamo y Francisco Reyes “La fiera”, que salio al aire durante el primer semestre de 1999.
Hay varios elementos que diferencian a esta producción de las otras que se transmitieron durante la época de oro de TVN.

Lo que más llamó la atención del argumento presentado por Víctor Carrasco, y quizás lo que hace la diferencia más grande con las otras producciones de TVN, es la relación entre sus protagonistas. En casi todas las producciones dramáticas de ese entonces, el personaje femenino era una chica dulce, muy femenina y que sufría por las supuestas infidelidades de su enamorado. En el caso de La Fiera, el personaje principal, Catalina (Claudia Di Girólamo), era una persona con un carácter muy fuerte, casi masculina, prepotente y muy orgullosa. Todas estas características son las que realmente separaban a Catalina de Martín Echaurrén (Francisco Reyes). La historia se basa, exclusivamente, en una relación de amor y odio en donde ambos personajes apenas se soportan.

El paisaje mostrado también cobra importancia en esta novela. Las escenas fueron grabadas en Chiloé, una isla chilena con mucha tradición. Los productores aprovecharon esto para entregar, además de la entretención que tiene una telenovela, cultura, esto porque en el sur de Chile, las tradiciones y la mitología tienen mucha importancia dentro de sus habitantes. Así, historias secundarias se encargaron de revivir y mostrar al resto de la población tradiciones tan populares como los curantos, el traslado de las viviendas a través del mar, etc.


En el caso de la mitología, se revivieron leyendas como el Trauco y el Caleuche. El primero a traves de la historia de la tato (Blanca Lewin), una sumisa chilota que por años su madre la engañó, haciéndole creer que era hija del Trauco. Ahora bien, esta historia nunca traspaso los limites de la realidad, porque a medida que se iba desarrollando la historia, ese personaje místico iba tomando cuerpo de ser humano. Otro caso en donde estaban presenten las leyendas chilenas, era el de Julio Alvarado (Francisco Melo), quien estaba obsesionado con el Caleuche.


En definitiva, lo que llamó la atención de esta novela, y que pudo haber sido la causa de su gran éxito, es la originalidad de la historia central, ya que el guionista tuvo la maravillosa idea de crear a una pareja que saliera de lo normal, una pareja, que muchos podrían considerar dispareja.

Otro caso emblemático fue el de la novela “Fuera de Control”, producción de Canal 13, que al igual que La Fiera se transmitió en 1999. Sus protagonistas fueron Úrsula Achterberg como Silvana Maldonado, Javiera Contador como Valentina Cervantes, Luciano Cruz-Coke como Axel Schumacher, Willy Semler como Rafael Cervantes, Romeo Singer como Rodrigo Duarte, Paulina Urrutia como Sarita Mellafe y Guido Vecchiola como Santiago Goic, aunque este interviene en la historia después de haber transcurrido muchos años.

Todos estos personajes se vieron involucrados en alguna medida, directa o indirectamente, con la broma que Sarita mellafe, su novio y axel schumacher le realizaron a Silvana. Broma que terminó con la vida del padre de Silvana y con el rostro de ella totalmente desfigurado. A partir de esa broma es que los conflictos fueron tomando cuerpo y se fueron desarrollando hasta su esperado desenlace.

Otro aspecto a destacar de esta producción, fue que la historia no se centraba en la historia de amor imposible que tenían Valentina y Rodrigo, sino que en la venganza que Silvana había planeado en contra de sus antiguos agresores. Esto ocurre después de muchos años en que ella vuelve a Chile desde Argentina, donde , mediante largas operaciones, logra recuperar su apariencia, pero jamás la felicidad que tenía en su adolescencia.

Con respecto a la época, esta novela fue ambientada en 1987, pero sólo para presentar el conflicto, quizás por este motivo es que causo tanto revuelo. Tenía gran sintonía. Situación que se puede explicar por la nostalgia ochentena que despertó en la audiencia. Los personajes de la historia se mezclaron con los ritmos de los 80. Los personajes bailaron con Virus, Soda Stereo y Los Prisioneros.

Esta novela destacó por la crudeza en el argumento, característica que apasiona mucho a Pablo Illanes, guionista de la producción. Además que él había escrito, anteriormente, solo historia lúdicas y juveniles, donde la historia de amor y los triángulos eran lo importante.

Ambas historias marcaron a la televisión chilena. La primera tuvo su espacio en el canal estatal y la segunda en la estación católica. Ambas fueron originales en plantear sus temáticas y no podemos olvidar que en ambas, los parámetros tradicionales de las historias fueron trastocados.
En conclusión, las telenovelas chilenas, durante los años noventa dieron los primeros pasos para la apertura de mente de los guionistas. Ahora lo importante era mostrar originalidad y en ese elemento encontrarían el éxito.




Fuentes Bibliográficas:



*Entrevista con Claudio Garvizo.

martes, 20 de noviembre de 2007

Telenovelas del 2000: una Generación a la Liberación

La llegada de un nuevo siglo trajo consigo una renovación total a las temáticas de las teleseries nacionales.

A continuación analizaremos tres casos emblemáticos de producciones nacionales desde el año 2000 hasta la actualidad, con el fin de demostrar que las telenovelas además de avanzar a la par según las temáticas actuales de la sociedad, también se mueven en los soportes que las distribuyen.

El primer caso a analizar es el de “Amores de Mercado” una telenovela producida por Televisión Nacional de Chile y emitida el segundo semestre del año 2001. Dentro de la trama de la misma, se narra la historia de Pedro Solís, un garzón de clase media baja más conocido como Pelluco, quien caminando por la calle descubre a una persona idéntica a el. Esta persona sufrió un accidente automovilístico y a raíz de esto pierde la memoria.
Pelluco decide cambiar de roles y tomar la vida del accidentado, llamado Rodolfo Ruttenmmeyer, gerente de una empresa, y el accidentado debe adaptarse a su nueva vida como Pelluco.

La trama de esta producción no es muy diferente a las telenovelas anteriores de los canales nacionales, pero definitivamente marca la década en el sentido de audiencia. Esta alcanzo record históricos de sesenta puntos en su capítulo final. Y tal como el último episodio de “La Madrastra” literalmente paralizó el país. La explicación lógica que le podemos dar a la alta audiencia recibida, se atribuye al dinamismo del guión escrito por Alejandro Cabrera, Arnaldo Madrid, René Arcos, Marcelo Leonart y Larissa Contreras basados en una idea original de Fernando Aragón y Arnaldo Madrid.

Dos años después de esta exitosa teleserie, se emitió la muy exitosa “Machos” de la estación católica, siendo estrenada el primer semestre del 2003. Su duración debido a su éxito se extendió mas allá de lo estimado, emitiéndose 163 capítulos con una sintonía en promedio de 38.7 puntos

“Machos” cuenta la historia de una adinerada familia oriunda de Viña del Mar liderada por Ángel Mercader, un machista y moralista medico, e integrada por su esposa Valentina y sus siete hijos varones. A lo largo de la trama se van contando las experiencias de esta familia y los roses entre ellos.

Los siete hijos de la familia Mercader representaban un tema controversial dentro de la sociedad chilena. Uno de los más emblemáticos encontramos a Ariel, quien era un exitoso medico homosexual que producía un rechazo por parte de su padre por su orientación sexual. También encontramos el caso de Amaro, quien se enamora de su profesora veinte años mayor, o de Antonio quien conquista el corazón de una humilde joven de clase baja. Pero el conflicto mayor dentro de la producción es el constante machismo que se muestra por parte de Ángel y el patriarcao que construye.

Estos temas controversiales y actuales dentro de la sociedad de nuestro país son un factor clave para determinar la alta audiencia de este espacio televisivo. Como mencionamos en una entrada anterior, en parte la intención comunicativa de las telenovelas es enseñar, y “Machos” en cierta medida ayuda a que estemos abiertos al dialogo en temas tan importantes como la Homosexualidad, el machismo, o las diferencias de clases sociales. Uno de nuestros entrevistados, Claudio Gavirzo, Dramaturgo y realizador del documental “Historia de la Telenovela” emitida por Canal 13 cable, señaló, que “Machos” a pesar de haber abierto un dialogo respecto a la homosexualidad por ejemplo, el personaje era muy irreal, es decir, no era creíble su estatus de homosexual, a diferencia de lo ocurrido en la teleserie “Cómplices” emitida el 2006 en TVN donde si se mostró la convivencia entre una pareja homosexual.

Un hito importante dentro de la evolución de las teleseries chilenas de los 2000, es la emisión de producciones nocturnas. Cuando Televisión Nacional de Chile comprendió que las telenovelas de las veinte horas eran vistas por un público masivamente menor, tomó la decisión de llenar las necesidades de un nicho que había sido dejado de lado, el público adulto joven que bordea los veinticinco a treinta años.

Así el 2005 se estrenó la primera teleserie nocturna llamada “Los Treinta”. A partir de ella y hasta el 2006 las temáticas de estas producciones se centraban en los problemas matrimoniales, el sexo y la amistad. Pero el 2007, “Alguien te Mira” cambió drásticamente esta tendencia, ya que su trama se basaba en las vidas de seis amigos y su relación con un asesino en serie.

Esta telenovela causó un gran impacto a nivel país ya que la extrema violencia mostrada sacó más de alguna crítica dentro de la escena política. Un ejemplo de las declaraciones, fue la opinión del Ministro José Viera-Gallo quien menciono que a raíz de la emisión de la teleserie podría existir una proliferación de asesinatos, ya que la gente no podría distinguir entre la fantasía y realidad.



Respecto a este mismo tema, Claudio Gavirzo señaló que las personas si distinguen entre realidad y fantasía, pero si los medios de comunicación han aprovechado la violencia de esta telenovela para mostrar los múltiples femicidios en Chile, que siempre han existido, pero en parte gracias a “Alguien te Mira” han salido más a flote.

Otro mérito de esta producción es que ha aprovechado los soportes de la tecnología para mostrarse. Esta fue la primera en estrenarse vía Internet antes que en la propia señal abierta. Además se demostró pionera en la utilización de Podcast descargables a través de su pagina web. Esto apoya nuestra tesis principal que las telenovelas si se mueven con las temáticas actuales, y que también aprovechan los nuevos soportes para ser difundidas.



Fuentes Bibliográficas
Entrevista: Claudio Garvizo.
Paginas Web:
http://teleseries.tvn.cl/Alguientemira/

martes, 6 de noviembre de 2007

Imágenes del Recuerdo

A continuación veremos tres videos que resumen perfectamente la evolución estética de las telenovelas chilenas al pasar de los años.







Esto gracias a la tecnología brindada por Youtube y el aporte de Kristian_syb@hotmail.com

jueves, 1 de noviembre de 2007

Teleseries: Mutación Constante

El nacimiento de las teleseries, (o telenovelas como es conocido el termino en lugares externos al país) proviene del género literario. A medida que avanzan los siglos, este formato se mueve con ellos, por lo tanto su plataforma actual es muy distinta a la de sus inicios. Folletín, Radio, Televisión, Fotografía y Podcast, todos ejemplos de cómo han sido transmitidas las teleseries, a continuación describiremos su historia y cambios a través de los años.

Gracias a la evolución de la imprenta y el abaratamiento de costos de producción de obras literarias. Se comenzaron a escribir obras literarias a pedido llamadas “novelas por encargo”. Además de la incorporación de pequeños extractos novelísticos con imágenes en los folletines (antecedentes al rol del periódico), así la gente podía acceder a la cultura, que en esta época estaba dedicada en exclusividad a las clases altas.

De manera posterior siglos después el genero de las telenovelas se esparció por un medio de comunicación completamente distinto, la radio. Las radionovelas son relatos dramatizados difundidos por capítulos a través de las ondas de radiales. Las primeras radionovelas en Estados Unidos tuvieron mucho éxito dentro de la audiencia femenina, por esto comenzaron a ser auspiciadas por fabricantes de productos de limpieza y belleza, por esto se les denomino “Soap operas”, nombre que esta vigente hasta nuestros días en ese país.

Dentro de estas narraciones radiales llamadas radionovelas se confirmo en gran medida el poder de la radio y su influencia en la población, cuando el 30 de octubre de 1938, Orson Wells, recreo en su programa de radio teatro “La guerra de los mundos”. Esta puesta en escena consistía en simular la llegada de marcianos a la tierra según despachos noticiosos. El resultado: pánico colectivo en la población de Estados Unidos.

En nuestro país las radionovelas también fueron exitosas, en parte gracias a las grandes historias escritas Arturo Moya Grau, uno de los grandes guionistas en la historia chilena. Dentro de las historias que fueron transmitidas en el país, encontramos: El Derecho de Nacer, Lo que cuenta el viento, La tercera oreja y El doctor Mortis.

En Chile, mientras se desarrollaba la cultura de la radionovela, también existía la novela gráfica o historietas. Estas se basaban en temas en torno a la crítica social, por un lado, política por otro, y también historias que aplicaban algún tipo de enseñanza. Ejemplos de ellas son "El Pingüino" y "Mamapato". Todo esto en el contexto histórico de comienzos del siglo XX.


En la actualidad la fotonovela (similar a la novela gráfica pero con la diferencia de el uso de dibujos es remplazado por fotografías) esta siendo muy utilizada gracias a la incorporación de la Internet, sobretodo en países extranjeros como Argentina, donde la fotonovela “Jane Blond” creada para la Internet es ya un fenómeno nacional entre los amantes del genero.

Moya Grau fue reclutado a fines de los años sesenta como uno de los guionistas para formar parte del área dramática de canal 13.

Es así como las telenovelas, progresivamente comienzan a cambiar de medio de difusión, esta vez se traspasan a la televisión. Todo esto va de la mano con el sistema de implementación de la televisión. En nuestro país la primera transmisión televisiva se realizo en 1957, y fue emitida por la pontificia universidad católica de Valparaíso, dando origen a “UCVTV”, el primer canal de televisión del país.

Posteriormente en 1959 nace Canal 13, en alero de la Pontífice Universidad Católica. Al año siguiente se inician las transmisiones del canal Universidad de Chile, actualmente Chilevision. La masificación de los aparatos televisivos en Chile solo se dio a partir del mundial de fútbol de 1962, posteriormente en 1969 se crea Televisión Nacional de Chile , la que por mucho tiempo sería la única red con cobertura nacional. Gracias a esta expansión de los aparatos de televisión se creo una costumbre de vida alrededor del receptor de TV. Es así como nace en 1965 la primera teleserie llamada “El Socio”.

Hasta nuestros días las teleseries son parte vital de la programación de los canales nacionales, con producciones chilenas e incluso foráneas, destinando un gran presupuesto para la realización de estas.

El Podcast es una plataforma de trabajo que nace con el uso de la Web. Su consigna es de muchos para muchos, es decir se transmite desde un emisor con herramientas para su transmisión entregadas por un equipo de tecnología simple como una grabadora para muchas personas. En si podcasting es la difusión de archivos de audio o video, como un programa radial.

En Chile Televisión Nacional de Chile fue pionero con la implementación de esta plataforma en torno al área de las teleseries. Este año, dos periodistas del canal estatal se encargaron de preparar el podcast de “Alguien te mira” la controversial teleserie nocturna del primer semestre del 2007. En este podcast se podía escuchar resúmenes de los episodios, además de comentarios y encuestas. Así encontramos un vínculo de las teleseries y su evolución con la hiperindustrializacion cultural de una parte que nace netamente desde la industria cultural.

No solo con el uso de Podcast TVN fue pionero, sino que también con el uso de su página Web y el estreno de esta teleserie. Los primeros episodios de esta estuvieron disponibles online incluso antes de su estreno en la televisión.

En conclusión podemos decir que las telenovelas a pesar de cambiar su forma de difusión a través de los años, aun siguen siendo parte del inconciente colectivo de la población tanto de nuestro país y del mundo.



Fuentes Bibliográficas

Textos:
Telenovelas chilenas: panorama de una escritura sometida de Oscar Garaycochea.
Análisis de la producción de telenovelas de Gabriel G. Molina.
De Gutenberg a Internet de Peter Burke y Asa Briggs

Arturo Moya Grau: "El Shakespeare chileno"

Nació en Valparaiso en 1920. Fue un destacado escritor, actor y sobretodo dramaturgo chileno. Es conciderado el procer de las telenovelas chilenas en su calidad de guinosta.
Comenzó su carrera de dramaturgo escribiendo guiones para radio novelas. A fines de la década del sesenta es reclutado por Canal 13 para comenzar a expandir el área dramática del canal adaptando una de sus obras radiales, "El Rosario de la Plata".

Muchas de sus creaciones fueron "remakeados" por el monstruo comunicacional mexicano, Televisa.

Moya Grau casi al final de sus días vendió todos sus derechos de autor a esta cadena televisiva. Falleció en 1994.


TELENOVELAS DE SU AUTORÍA

El Rosario de Plata (1969)
María José
J.J Juez (1975)
Sol Tardío (1976)
La Madrastra (1981)
La Colorina (1977)
La Noche del Cobarde(1983)
La Trampa (1985)
LA Última Cruz (1987)




ALGUNAS REMAKEADAS


La Madrastra (2000, Televisa)
Salomé (2001, Televisa, remake de La Colorina)

J.J. Juez (1979, Televisa)
María José (1978)

Rosario (1969, Televisa, remake de El Rosario de Plata)

miércoles, 31 de octubre de 2007

El Argumento

La televisión, así como incita al consumo y propone modelos y valores distorsionados, tiene la capacidad de promover valores y de educar en cuestiones de interés social. Puede hacerlo a través de programas específicos, como los de salud, debate político o culturales. O puede hacerlo de manera indirecta, enseñando a jóvenes y adultos mientras entretiene.

Esto es educar y entretener y consiste en la introducción de los temas en los que se quiere formar, implicándolos en el contenido habitual del programa. Este método de educación indirecta va más allá del discurso políticamente correcto de los años 90, cuando series y novelas se hacían un espacio en los guiones para alertar sobre el Sida, por ejemplo. El propósito es llevar determinados temas de interés social a la opinión pública y volverlos cotidianos.
La educación indirecta es un recurso exitoso en países en los que grandes sectores de la población tienen poca instrucción formal, son de bajos recursos y no cuentan más que con la televisión como fuente de información y cultura.
Fabrizio Copano (18) es uno de los guionistas más jovenes dentro de la escena dramática nacional, él no concuerda con que la intensión de la telenovela es educar, si no más bien, " es simplemente entretener con melodrama, exageracion y tramas popularmente jugosas, lo cual me parece mas que respetable y divertido".
El género audiovisual que mejor parece adecuarse a este propósito es la telenovela, uno de los tipos de programa de mayor audiencia.

Estas especiales historias de amor nacieron con éxito en América en la década del 1960, cuando guionistas cubanos, con Delia Fiallo a la cabeza, comenzaron a adaptar las historias de los radioteatros a la televisión.

La telenovela es un género que forma parte de la dinámica cultural de una sociedad. Tiene una finalidad mediática porque funciona dentro de un sistema productivo concreto, atiende a las lógicas del consumo y reproduce al mismo tiempo esquemas culturales.

Este género utiliza las diferentes expresiones de la cultura como: la música, el teatro popular, la religiosidad y la vida cotidiana de sus personajes con el propósito de establecer procesos comunicacionales y generar diferentes lecturas por parte de las audiencias. Por eso, estos productos audiovisuales mezclan y colocan en la escena no sólo lo que las masas producen, sino también lo que consumen. Es decir, relacionan aspectos de la cultura con diferentes espacios y tiempos, establecen una socialización donde se producen relaciones de parentesco, de vecindad y de amistad con sus limitaciones, de esta manera se introducen en el mundo familiar del televidente. Esto quiere decir que los géneros se constituyen como sistemas de orientaciones, expectativas y convenciones que circulan entre la industria, el sujeto y el texto.

La telenovela, producto de la industria cultural, ocupa un espacio especial en la sociedad latinoamericana. La telenovela muestra una serie de relatos cuya base es el melodrama e instala una nueva estética basada más en los imaginarios populares que en la concepción artística o expresiva de sus productos. La finalidad de estos relatos consiste en el reconocimiento de una identidad que a veces es negada, ocultada o avasallada temporalmente, y que se recupera en el desenlace de las narraciones

Su intencionalidad consiste en plasmar acciones y pasiones en lugar de palabras para llegar a un público no lector, y esta característica es la que lo ubica en el ámbito de la cultura popular y al mismo tiempo, permite desarrollar un proceso que conduce de lo popular a lo masivo.

La importancia sociológica de la telenovela se centra en las posibilidades de resignificación del contenido. Existen estudios que indican que existen tres grandes limitaciones para estudiar la recepción de las telenovelas: en primer lugar, el no conocimiento de causa del problema objeto e interés de estudio desde la visión del investigador dificulta al televidente la producción de opiniones, lo que imposibilita la obtención de datos primarios. En segundo término, se debe considerar la diferenciación entre la forma de recepción de los enunciados del entrevistado, porque generalmente se parte del supuesto que, el no entendimiento de los mismos se debe a la incapacidad de descodificación de los televidentes, y no de la forma diferenciada en que éstos son apropiados. Y la tercera limitación, se relaciona con la codificación preferencial para agradar al espectador.

La telenovela reproduce manifestaciones de la cultura y en algunos casos tiende a flexibilizarlas. Esto se puede apreciar en la religiosidad, ya que el discurso ecuménico no presenta grandes compromisos. Muchas de las expresiones culturales se mezclan entre sí y le otorgan al relato elementos que fomentan la tradición de los pueblos, con el propósito de que el televidente se identifique con el personaje o con el medio. La forma de contar la historia central de la telenovela, está relacionada con las formas de identificación del televidente con el personaje más próximo en sexo y edad.

Nora Mazziotti, de nacionalidad argentina, especialista en el género de, docente e investigadora del Instituto Gino Germani, coordinadora de la carrera de guionistas de Radio y Televisión del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), sostiene que la telenovela es un género de la industria cultural en el cual, se debe tomar en cuenta tres aspectos: su producción industrial; su textualidad; y, las expectativas de las audiencias. En este sentido, el concepto de género es muy importante porque determina cómo hacer un producto, qué contar y cómo contarlo. Asimismo, el texto posee sus convenciones genéricas y sus límites. Las audiencias por medio del título saben de qué género se trata, qué esperar de acuerdo con el texto propuesto y determinar si éste satisface sus expectativas.

En modo de conclusión las telenovelas tienen como objetivo educar y entretener a la colectividad. De esta manera, constituyen parte importante de los hábitos de las sociedades latinoamericanas como la chilena, brasileña y mexicana. También podemos concluir que las telenovelas corresponden a un sector esencial de la producción de la industria cultural de estos países, por el presupuesto que estas demandan y la importancia que se le otorga.
Fuentes Bibliográficas:
Entrevista:
Fabrizio Copano.