viernes, 23 de noviembre de 2007

Década de los 90: Las primeras revoluciones

A lo largo de la televisión chilena nos podemos encontrar con grandes fracasos y aciertos televisivos. En el caso del genero de las teleseries, esto cobra mayor importancia debido a lo populares que son, ya que de algún modo presentan la propia realidad de los telespectadores.

Esto es mucho más evidente en la población de clase baja, ya que la gente de este estrato social se identifica mucho con los personajes, se involucran mas con las historias y creen que lo que ocurre detrás de pantalla es la realidad. En cambio la gente de clase alta toman mucha distancia emocional de los hechos transmitidos a través de la pantalla chica.

A continuación se analizaran dos teleseries que marcaron a los chilenos durante la década de los 90. Teleseries que según el guionista Claudio Garvizo fueron las más importantes debido a la originalidad de los personajes y las historias presentadas.


La primera de ellas es la telenovela protagonizada por Claudia Di Girólamo y Francisco Reyes “La fiera”, que salio al aire durante el primer semestre de 1999.
Hay varios elementos que diferencian a esta producción de las otras que se transmitieron durante la época de oro de TVN.

Lo que más llamó la atención del argumento presentado por Víctor Carrasco, y quizás lo que hace la diferencia más grande con las otras producciones de TVN, es la relación entre sus protagonistas. En casi todas las producciones dramáticas de ese entonces, el personaje femenino era una chica dulce, muy femenina y que sufría por las supuestas infidelidades de su enamorado. En el caso de La Fiera, el personaje principal, Catalina (Claudia Di Girólamo), era una persona con un carácter muy fuerte, casi masculina, prepotente y muy orgullosa. Todas estas características son las que realmente separaban a Catalina de Martín Echaurrén (Francisco Reyes). La historia se basa, exclusivamente, en una relación de amor y odio en donde ambos personajes apenas se soportan.

El paisaje mostrado también cobra importancia en esta novela. Las escenas fueron grabadas en Chiloé, una isla chilena con mucha tradición. Los productores aprovecharon esto para entregar, además de la entretención que tiene una telenovela, cultura, esto porque en el sur de Chile, las tradiciones y la mitología tienen mucha importancia dentro de sus habitantes. Así, historias secundarias se encargaron de revivir y mostrar al resto de la población tradiciones tan populares como los curantos, el traslado de las viviendas a través del mar, etc.


En el caso de la mitología, se revivieron leyendas como el Trauco y el Caleuche. El primero a traves de la historia de la tato (Blanca Lewin), una sumisa chilota que por años su madre la engañó, haciéndole creer que era hija del Trauco. Ahora bien, esta historia nunca traspaso los limites de la realidad, porque a medida que se iba desarrollando la historia, ese personaje místico iba tomando cuerpo de ser humano. Otro caso en donde estaban presenten las leyendas chilenas, era el de Julio Alvarado (Francisco Melo), quien estaba obsesionado con el Caleuche.


En definitiva, lo que llamó la atención de esta novela, y que pudo haber sido la causa de su gran éxito, es la originalidad de la historia central, ya que el guionista tuvo la maravillosa idea de crear a una pareja que saliera de lo normal, una pareja, que muchos podrían considerar dispareja.

Otro caso emblemático fue el de la novela “Fuera de Control”, producción de Canal 13, que al igual que La Fiera se transmitió en 1999. Sus protagonistas fueron Úrsula Achterberg como Silvana Maldonado, Javiera Contador como Valentina Cervantes, Luciano Cruz-Coke como Axel Schumacher, Willy Semler como Rafael Cervantes, Romeo Singer como Rodrigo Duarte, Paulina Urrutia como Sarita Mellafe y Guido Vecchiola como Santiago Goic, aunque este interviene en la historia después de haber transcurrido muchos años.

Todos estos personajes se vieron involucrados en alguna medida, directa o indirectamente, con la broma que Sarita mellafe, su novio y axel schumacher le realizaron a Silvana. Broma que terminó con la vida del padre de Silvana y con el rostro de ella totalmente desfigurado. A partir de esa broma es que los conflictos fueron tomando cuerpo y se fueron desarrollando hasta su esperado desenlace.

Otro aspecto a destacar de esta producción, fue que la historia no se centraba en la historia de amor imposible que tenían Valentina y Rodrigo, sino que en la venganza que Silvana había planeado en contra de sus antiguos agresores. Esto ocurre después de muchos años en que ella vuelve a Chile desde Argentina, donde , mediante largas operaciones, logra recuperar su apariencia, pero jamás la felicidad que tenía en su adolescencia.

Con respecto a la época, esta novela fue ambientada en 1987, pero sólo para presentar el conflicto, quizás por este motivo es que causo tanto revuelo. Tenía gran sintonía. Situación que se puede explicar por la nostalgia ochentena que despertó en la audiencia. Los personajes de la historia se mezclaron con los ritmos de los 80. Los personajes bailaron con Virus, Soda Stereo y Los Prisioneros.

Esta novela destacó por la crudeza en el argumento, característica que apasiona mucho a Pablo Illanes, guionista de la producción. Además que él había escrito, anteriormente, solo historia lúdicas y juveniles, donde la historia de amor y los triángulos eran lo importante.

Ambas historias marcaron a la televisión chilena. La primera tuvo su espacio en el canal estatal y la segunda en la estación católica. Ambas fueron originales en plantear sus temáticas y no podemos olvidar que en ambas, los parámetros tradicionales de las historias fueron trastocados.
En conclusión, las telenovelas chilenas, durante los años noventa dieron los primeros pasos para la apertura de mente de los guionistas. Ahora lo importante era mostrar originalidad y en ese elemento encontrarían el éxito.




Fuentes Bibliográficas:



*Entrevista con Claudio Garvizo.

No hay comentarios: