La televisión, así como incita al consumo y propone modelos y valores distorsionados, tiene la capacidad de promover valores y de educar en cuestiones de interés social. Puede hacerlo a través de programas específicos, como los de salud, debate político o culturales. O puede hacerlo de manera indirecta, enseñando a jóvenes y adultos mientras entretiene.
Esto es educar y entretener y consiste en la introducción de los temas en los que se quiere formar, implicándolos en el contenido habitual del programa. Este método de educación indirecta va más allá del discurso políticamente correcto de los años 90, cuando series y novelas se hacían un espacio en los guiones para alertar sobre el Sida, por ejemplo. El propósito es llevar determinados temas de interés social a la opinión pública y volverlos cotidianos.
La educación indirecta es un recurso exitoso en países en los que grandes sectores de la población tienen poca instrucción formal, son de bajos recursos y no cuentan más que con la televisión como fuente de información y cultura.
Fabrizio Copano (18) es uno de los guionistas más jovenes dentro de la escena dramática nacional, él no concuerda con que la intensión de la telenovela es educar, si no más bien, " es simplemente entretener con melodrama, exageracion y tramas popularmente jugosas, lo cual me parece mas que respetable y divertido".
El género audiovisual que mejor parece adecuarse a este propósito es la telenovela, uno de los tipos de programa de mayor audiencia.
Estas especiales historias de amor nacieron con éxito en América en la década del 1960, cuando guionistas cubanos, con Delia Fiallo a la cabeza, comenzaron a adaptar las historias de los radioteatros a la televisión.
La telenovela es un género que forma parte de la dinámica cultural de una sociedad. Tiene una finalidad mediática porque funciona dentro de un sistema productivo concreto, atiende a las lógicas del consumo y reproduce al mismo tiempo esquemas culturales.
Este género utiliza las diferentes expresiones de la cultura como: la música, el teatro popular, la religiosidad y la vida cotidiana de sus personajes con el propósito de establecer procesos comunicacionales y generar diferentes lecturas por parte de las audiencias. Por eso, estos productos audiovisuales mezclan y colocan en la escena no sólo lo que las masas producen, sino también lo que consumen. Es decir, relacionan aspectos de la cultura con diferentes espacios y tiempos, establecen una socialización donde se producen relaciones de parentesco, de vecindad y de amistad con sus limitaciones, de esta manera se introducen en el mundo familiar del televidente. Esto quiere decir que los géneros se constituyen como sistemas de orientaciones, expectativas y convenciones que circulan entre la industria, el sujeto y el texto.
La telenovela, producto de la industria cultural, ocupa un espacio especial en la sociedad latinoamericana. La telenovela muestra una serie de relatos cuya base es el melodrama e instala una nueva estética basada más en los imaginarios populares que en la concepción artística o expresiva de sus productos. La finalidad de estos relatos consiste en el reconocimiento de una identidad que a veces es negada, ocultada o avasallada temporalmente, y que se recupera en el desenlace de las narraciones
Su intencionalidad consiste en plasmar acciones y pasiones en lugar de palabras para llegar a un público no lector, y esta característica es la que lo ubica en el ámbito de la cultura popular y al mismo tiempo, permite desarrollar un proceso que conduce de lo popular a lo masivo.
La importancia sociológica de la telenovela se centra en las posibilidades de resignificación del contenido. Existen estudios que indican que existen tres grandes limitaciones para estudiar la recepción de las telenovelas: en primer lugar, el no conocimiento de causa del problema objeto e interés de estudio desde la visión del investigador dificulta al televidente la producción de opiniones, lo que imposibilita la obtención de datos primarios. En segundo término, se debe considerar la diferenciación entre la forma de recepción de los enunciados del entrevistado, porque generalmente se parte del supuesto que, el no entendimiento de los mismos se debe a la incapacidad de descodificación de los televidentes, y no de la forma diferenciada en que éstos son apropiados. Y la tercera limitación, se relaciona con la codificación preferencial para agradar al espectador.
La telenovela reproduce manifestaciones de la cultura y en algunos casos tiende a flexibilizarlas. Esto se puede apreciar en la religiosidad, ya que el discurso ecuménico no presenta grandes compromisos. Muchas de las expresiones culturales se mezclan entre sí y le otorgan al relato elementos que fomentan la tradición de los pueblos, con el propósito de que el televidente se identifique con el personaje o con el medio. La forma de contar la historia central de la telenovela, está relacionada con las formas de identificación del televidente con el personaje más próximo en sexo y edad.
Nora Mazziotti, de nacionalidad argentina, especialista en el género de, docente e investigadora del Instituto Gino Germani, coordinadora de la carrera de guionistas de Radio y Televisión del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), sostiene que la telenovela es un género de la industria cultural en el cual, se debe tomar en cuenta tres aspectos: su producción industrial; su textualidad; y, las expectativas de las audiencias. En este sentido, el concepto de género es muy importante porque determina cómo hacer un producto, qué contar y cómo contarlo. Asimismo, el texto posee sus convenciones genéricas y sus límites. Las audiencias por medio del título saben de qué género se trata, qué esperar de acuerdo con el texto propuesto y determinar si éste satisface sus expectativas.
En modo de conclusión las telenovelas tienen como objetivo educar y entretener a la colectividad. De esta manera, constituyen parte importante de los hábitos de las sociedades latinoamericanas como la chilena, brasileña y mexicana. También podemos concluir que las telenovelas corresponden a un sector esencial de la producción de la industria cultural de estos países, por el presupuesto que estas demandan y la importancia que se le otorga.
Estas especiales historias de amor nacieron con éxito en América en la década del 1960, cuando guionistas cubanos, con Delia Fiallo a la cabeza, comenzaron a adaptar las historias de los radioteatros a la televisión.
La telenovela es un género que forma parte de la dinámica cultural de una sociedad. Tiene una finalidad mediática porque funciona dentro de un sistema productivo concreto, atiende a las lógicas del consumo y reproduce al mismo tiempo esquemas culturales.
Este género utiliza las diferentes expresiones de la cultura como: la música, el teatro popular, la religiosidad y la vida cotidiana de sus personajes con el propósito de establecer procesos comunicacionales y generar diferentes lecturas por parte de las audiencias. Por eso, estos productos audiovisuales mezclan y colocan en la escena no sólo lo que las masas producen, sino también lo que consumen. Es decir, relacionan aspectos de la cultura con diferentes espacios y tiempos, establecen una socialización donde se producen relaciones de parentesco, de vecindad y de amistad con sus limitaciones, de esta manera se introducen en el mundo familiar del televidente. Esto quiere decir que los géneros se constituyen como sistemas de orientaciones, expectativas y convenciones que circulan entre la industria, el sujeto y el texto.
La telenovela, producto de la industria cultural, ocupa un espacio especial en la sociedad latinoamericana. La telenovela muestra una serie de relatos cuya base es el melodrama e instala una nueva estética basada más en los imaginarios populares que en la concepción artística o expresiva de sus productos. La finalidad de estos relatos consiste en el reconocimiento de una identidad que a veces es negada, ocultada o avasallada temporalmente, y que se recupera en el desenlace de las narraciones
Su intencionalidad consiste en plasmar acciones y pasiones en lugar de palabras para llegar a un público no lector, y esta característica es la que lo ubica en el ámbito de la cultura popular y al mismo tiempo, permite desarrollar un proceso que conduce de lo popular a lo masivo.
La importancia sociológica de la telenovela se centra en las posibilidades de resignificación del contenido. Existen estudios que indican que existen tres grandes limitaciones para estudiar la recepción de las telenovelas: en primer lugar, el no conocimiento de causa del problema objeto e interés de estudio desde la visión del investigador dificulta al televidente la producción de opiniones, lo que imposibilita la obtención de datos primarios. En segundo término, se debe considerar la diferenciación entre la forma de recepción de los enunciados del entrevistado, porque generalmente se parte del supuesto que, el no entendimiento de los mismos se debe a la incapacidad de descodificación de los televidentes, y no de la forma diferenciada en que éstos son apropiados. Y la tercera limitación, se relaciona con la codificación preferencial para agradar al espectador.
La telenovela reproduce manifestaciones de la cultura y en algunos casos tiende a flexibilizarlas. Esto se puede apreciar en la religiosidad, ya que el discurso ecuménico no presenta grandes compromisos. Muchas de las expresiones culturales se mezclan entre sí y le otorgan al relato elementos que fomentan la tradición de los pueblos, con el propósito de que el televidente se identifique con el personaje o con el medio. La forma de contar la historia central de la telenovela, está relacionada con las formas de identificación del televidente con el personaje más próximo en sexo y edad.
Nora Mazziotti, de nacionalidad argentina, especialista en el género de, docente e investigadora del Instituto Gino Germani, coordinadora de la carrera de guionistas de Radio y Televisión del Instituto Superior de Enseñanza Radiofónica (ISER), sostiene que la telenovela es un género de la industria cultural en el cual, se debe tomar en cuenta tres aspectos: su producción industrial; su textualidad; y, las expectativas de las audiencias. En este sentido, el concepto de género es muy importante porque determina cómo hacer un producto, qué contar y cómo contarlo. Asimismo, el texto posee sus convenciones genéricas y sus límites. Las audiencias por medio del título saben de qué género se trata, qué esperar de acuerdo con el texto propuesto y determinar si éste satisface sus expectativas.
En modo de conclusión las telenovelas tienen como objetivo educar y entretener a la colectividad. De esta manera, constituyen parte importante de los hábitos de las sociedades latinoamericanas como la chilena, brasileña y mexicana. También podemos concluir que las telenovelas corresponden a un sector esencial de la producción de la industria cultural de estos países, por el presupuesto que estas demandan y la importancia que se le otorga.
Fuentes Bibliográficas:
Entrevista:
Fabrizio Copano.
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